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LA ORGANIZACIÓN DE LOS CENTROS EDUCATIVOS
AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD ESCOLAR.
INTRODUCCIÓN.
La
organización de los centros educativos es un tema de gran actualidad y de una
vigencia inusitada, por cuanto la gestión educativa y la legislación que la regula
así lo demuestran.
El
alumno es el eje central, la diana, sobre el que gira la unidad educativa.
Evidentemente es imposible imaginar una institución educativa sin alumnos, de
aquí precisamente la importancia de su organización. Lógicamente no vamos a
entrar en la descripción de aspectos
teóricos como los derechos de los niños, ni sus características pisco –socio-
biológicas, para eso existen otras
disciplinas. Si analizamos aquellas decisiones organizativas que inciden
en forma directa sobre la gestión de los centros educativos, una de las
principales es la convivencia entre los miembros de la comunidad educativa.
En
cuanto al docente, se ha venido hablando hasta la saciedad en los últimos años
que el elemento clave e insoslayable para la calidad de la educación en un país
es un buen docente, muchos buenos docentes. Así que si quieres mejorar la
enseñanza, conviene asegurarse de que se formen de la mejor manera a los
docentes.
En el
Ecuador existe una proporción de la población en edad escolar (5 a 17 años) que
no está estudiando; además, ciertos grupos se encuentran en niveles avanzados o
rezagados con uno o dos años de escolaridad (esto sucede especialmente en el
bachillerato). Es por ello, por lo que en materia de educación no se puede
hablar de gasto, sino de inversión, y cuanto sea mayor la formación de los
docentes, mejor funcionara el sistema educativo del país. Es una de las
recomendaciones del informe de reformas
políticas de la OCDE1, Apuesta por el crecimiento, de 2009, que había aconsejado a los países miembros
“aumentar el gasto en educación para elevar el rendimiento en economía; gasto
que no se refiere a las partidas destinadas al mantenimiento de las
instituciones educativas, material didáctico, etc., sino a la formación de los
profesores, pues con un buen profesor un buen alumno aprender, y con una
importancia de la formación inicial, la formación continua, la selección del
profesorado, y su correcta organización de la institución.
LA CONVIVENCIA EN LAS INSTITUCIONES
EDUCATIVAS.
La capacidad
de vivir en comunidad –la convivencia- es un requisito para la existencia de la
misma sociedad, y un logro y una meta que es preciso establecer y afianzar para
que cada cual tenga el respeto y la consideración de los demás. Una convivencia
que ha de reflejarse en un clima de relaciones interpersonales carentes de
temores y amenazas, pero no exento de autoridad por parte del docente.
En los
últimos tiempos, en los medios de comunicación y en los sectores educativos se
ha venido hablando de la educación como de un sector en constante crisis. Uno
de los temas más comentados es la falta de respeto por el docente. En las aulas
de clases de las unidades educativas (sobre todo) no es raro escuchar
comentarios derrotistas como: imposible dar clase, es mucha tensión, no hay
interés y sí muchos problemas, no me hacen caso, o incluso me insultan. Y en
ocasiones ha dado lugar a un cuadro de estrés laboral crónico y agotamiento
emocional en los docentes, lo que desemboca el síndrome de estar “quemado” (o
burnout).Y es que uno de cada diez docente lo ha padecido.
En las
aulas también es visible el desaliento
de los estudiantes: un estudiante que en muchas ocasiones refleja la
problemática de barrios periféricos o marginales, de familias con escasas
opciones culturales, económicas o educativas… lo que lleva a los estudiantes al
desinterés, la desgana, la desmotivación o al perpetuo enfrentamiento contra
una institución que, piensan, poco pueden ofrecerle.
Algunas
premisas excesivamente reduccionistas, como por ejemplo, la de la falta de
autoridad del docente tiene que ver
únicamente con la falta de voluntad de los padres para imponer unas normas y la
de que, si éstas se impusieran más en casa, los niños respetarían más a los
maestros. Indudablemente eso es reducir el problema, pero de lo que no cabe
duda es de tres cuestiones:
·
Sin normas no se puede crecer como persona.
·
Es necesario educar en el respeto al maestro.
·
En las escuelas se vive una falta al maestro
que no se vivía años atrás.
La
realidad nos viene demostrando que no tiene sentido dejar que la escuela se
haga responsable exclusivamente de todos
los problemas, como si la educación no fuera un asunto de todos, y no solo del
sistema educativo.
Lo
cierto que la convivencia escolar empieza por una responsabilidad compartida de
todos los miembros de la comunidad educativa (padres, profesores y
estudiantes). Por ello es necesario fomentar la colaboración familia – escuela,
verdadero problema de nuestro sistema educativo, para que tanto docentes como
padres de familia dispongan de la mayor información posible sobre los
estudiantes y se pueda prevenir,
encontrar y solucionar los problemas de convivencia que puedan surgir.
Para
que esto se lleve a cabo y mantener la sana convivencia entre la comunidad y
las instituciones educativas se deben plantear medidas y organización de las
mismas regidas bajo la Constitución de la República, la Ley Orgánica de Educación
Intercultural2 donde aclara
las diversas funciones de los miembros de la comunidad educativa donde en todos
los establecimientos educativos públicos, particulares y fisco misionales, la
máxima autoridad debe ser la responsable de cumplir y hacer cumplir las
disposiciones prescritas en la, el presente reglamento y demás normativa
específica que expida la Autoridad Educativa Nacional en todos sus niveles:
a) Director
o Rector (Art. 44).
b) Subdirector
o Vicerrector (Art. 45).
c) Inspector
general (Art. 46).
d) Subinspector
general (Art. 47).
e) Otros organismos (Art. 48).
1) Junta
General de Directivos y Docentes;
2) Consejo
Ejecutivo;
3) Junta
de Docentes de Grado o Curso;
4) Departamento
de Consejería Estudiantil;
5) Organizaciones
estudiantiles;
6) Padres de familia o representantes legales de
los estudiantes; y,
7) Junta
Académica;
Sus
funciones y atribuciones serán las previstas en el presente reglamento y la
normativa específica que expida para el efecto el Nivel Central de la Autoridad
Educativa Nacional.
Además
hay que implementar una serie de medidas para prevenir y solucionar los
conflictos. Se han elaborado normas sobre lo que se puede y no se puede hacer
en clase, con medidas tan cargadas de sentido como prohibir el uso de
dispositivos electrónicos que hacen que el alumno se ausente mentalmente de la
acción docente. Hay quien ve en este tipo de normas un exceso de ordenancismo, una
intervención desproporcionada sobre algo que debería dejarse a la organización
interna de las instituciones educativas
CONCLUSIÓN.
No
podemos olvidar que, ante todo, la educación es una asociación de estudiantes y
maestros; son ellos los que integran el contenido esencial de tal disciplina.
El
elemento personal más importante, centro de toda la tarea escolar, como hemos
dicho, es el estudiante. Los problemas típicos que
motiva el estudiante interfiere en la organización ya establecida en los centros educativos.
El
otro elemento referente es el docente, por lo que, corresponde a las
administraciones educativas regular el funcionamiento de los miembros de
coordinación docente y de orientación y potenciar los equipos de profesores que
imparten clase en el mismo curso así como la colaboración del todo el cuerpo
docente, en fin, de toda la comunidad educativa.
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